La Geología: Brújula Indispensable en la Navegación de Pozos Horizontales



En el complejo mundo de la extracción de hidrocarburos, la perforación de pozos horizontales representa una proeza de la ingeniería moderna. Sin embargo, su éxito no depende únicamente de la potencia de los taladros o la pericia de los perforadores, sino de una disciplina científica fundamental: la geología. Actuando como una brújula de alta precisión, la geología es el pilar sobre el cual se planifica, ejecuta y optimiza la navegación de estos pozos, garantizando que la trayectoria no solo alcance su objetivo, sino que permanezca dentro de las zonas más productivas del yacimiento.

La importancia capital de la geología en la navegación de pozos horizontales, un proceso conocido como geonavegación o geosteering, radica en su capacidad para transformar un modelo estático del subsuelo en una hoja de ruta dinámica y en tiempo real. Su objetivo principal es maximizar el contacto del pozo con el "sweet spot" o la sección más rica en hidrocarburos del reservorio, que a menudo son capas de roca delgadas, y evitar al mismo tiempo los riesgos geológicos que podrían comprometer la operación y la rentabilidad del pozo.

El rol de la geología se puede desglosar en tres fases críticas:

1. Antes de Perforar: La Creación del Mapa del Tesoro

Antes de que la barrena toque el suelo, el equipo de geocientíficos construye un detallado modelo geológico del yacimiento. Esta es la fase de planificación y es crucial para definir la viabilidad y la trayectoria preliminar del pozo. 

Las disciplinas geológicas clave en esta etapa son:

Geofísica: La interpretación de datos sísmicos 3D permite visualizar la arquitectura general del yacimiento, identificar las capas de interés y, fundamentalmente, mapear las principales fallas y estructuras que deben evitarse.

Estratigrafía: Estudia la secuencia, espesor y continuidad de las capas de roca (estratos). Esto permite al geólogo predecir la profundidad y las características de la formación objetivo. En la perforación horizontal, se busca navegar el pozo paralelo a estas capas, como si se siguiera un corredor específico.

Geología Estructural: Analiza las deformaciones de la corteza terrestre, como pliegues y fallas. Comprender el buzamiento (inclinación) de las capas y la orientación de las fallas es vital para planificar una trayectoria suave y evitar zonas de roca fracturada que podrían causar inestabilidad en el pozo.

Petrofísica: Mediante el análisis de datos de pozos cercanos (pozos de correlación), se determinan las propiedades de la roca objetivo, como su porosidad (capacidad de almacenar fluidos) y permeabilidad (capacidad de que los fluidos se muevan a través de ella). Esto define cuál es la zona de mejor calidad que se debe navegar.

Con esta información, se diseña una trayectoria inicial, estableciendo un "aterrizaje" preciso del pozo en la formación objetivo y un camino horizontal planificado.


2. Durante la Perforación: La Navegación en Tiempo Real (Geonavegación)

Una vez que comienza la perforación, el modelo geológico estático cobra vida. Aquí es donde la geonavegación se convierte en un arte y una ciencia interactiva. El geólogo de operaciones se convierte en el copiloto del perforador direccional.

Las herramientas y técnicas cruciales en esta fase incluyen:

Logging While Drilling (LWD): Sensores de alta tecnología incorporados en la sarta de perforación miden las propiedades de la roca en tiempo real, justo detrás de la barrena. Las mediciones más comunes son los rayos gamma (que ayudan a diferenciar tipos de roca como arenas y arcillas) y la resistividad (que indica la presencia de hidrocarburos o agua).

Software de Geonavegación: Estos programas integran el modelo geológico pre-perforación con los datos de LWD que llegan en tiempo real. Permiten al geólogo visualizar la posición actual de la barrena dentro del modelo y compararla con las predicciones.

Toma de Decisiones Estratégicas: Si los datos de LWD indican que el pozo se está desviando hacia el techo o la base de la formación objetivo (por ejemplo, hacia una capa de arcilla no productiva o una zona con agua), el geólogo recomienda un cambio de dirección. Basado en esta recomendación geológica, el perforador direccional ajusta la trayectoria del pozo para mantenerlo en el "carril" más productivo.

La pericia del geólogo para interpretar estas señales en tiempo real es lo que diferencia un pozo exitoso de uno mediocre o fallido.


3. Después de Perforar: Refinando el Conocimiento

Una vez que el pozo ha sido perforado, el trabajo del geólogo no termina. La trayectoria final y los datos recopilados se utilizan para:

Actualizar el Modelo Geológico: La información del nuevo pozo proporciona un conocimiento invaluable que se utiliza para refinar y mejorar la precisión del modelo geológico del campo.

Optimizar Futuros Pozos: Las lecciones aprendidas y el modelo actualizado sirven como base para la planificación y navegación de los próximos pozos en el área, creando un ciclo de mejora continua.

Planificación de la Producción: El conocimiento detallado de qué secciones del pozo horizontal están en contacto con la mejor roca del yacimiento ayuda a los ingenieros a diseñar estrategias de completación y producción más eficientes.

En resumen, la geología no es un simple ejercicio académico en la perforación horizontal; es la inteligencia operativa que guía cada decisión de navegación. Sin una sólida comprensión e interpretación geológica, la perforación de un pozo horizontal sería como navegar un barco en aguas desconocidas y traicioneras sin cartas de navegación, brújula ni GPS. La geología proporciona todas estas herramientas, asegurando que el costoso y complejo proceso de perforación horizontal se traduzca en una máxima recuperación de hidrocarburos de manera segura y eficiente.

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